lunes, 7 de noviembre de 2011

Arena y Sal.

En el mar vive la verdad, es un horizonte de libertad, donde el alma no se cansa de mirar, ahí.... donde el Sol se baña en agua sin fin, nada crece aquí, nada, sigo nadando.... gusta agua salada, roza la piel como la más enamorada de las miradas. Es un afrodisíaco.

En el Adriático besé la salada arena del Mediterráneo, el Sol es el beso de una musa griega... desnuda. Nunca habrá tanto fuego ahí, como la espuma de olas.... en el centro de gravedad de una pura mujer. En el mar está el origen del deseo.

Veo la thalassa brillar como espejo, sobre las olas el viento me corta el rostro como navaja.... miento si te digo que mi mirada no busca rajarte, con un beso lleno de ternura, sabor a arena y sal. Pues nunca jamás sentirás, la marítima brisa bajarte por la piel, si a ésta antes no la descubres.

Arde el Sol, arde la piel, arde la espuma, arde el oleaje.... arde la sangre, ardes tú. Pues en el mar, también está el origen de la guerra. Recuerda que aquí no hay tierra, donde puedas poner los pies.

Recito una y otra vez, al ritmo de las olas, dulce compás de la amorosa naturaleza, que obedece al viento y desconoce las líneas rectas, recuerda que tus caderas son curvas, y que el mar se crece.... cuando aparece la Luna.

Perfuma la húmeda piel que aúlla, pues aún presiente la presencia del mar, mudo y ruidoso testigo salvaje del oleaje de tu figura, que sabe a arena..... y a sal.

RH

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